miércoles, 16 de octubre de 2024


 MARMITAKO


Bueno, después de mucho mucho tiempo, vuelvo al blog. 

Mucho tiempo, muchos cambios.... mucho de todo!!!! Pero me sigue entusiasmando cocinar. Además ahora mi hijo pequeño está estudiando hostelería y estoy aprendiendo un montón!!! Tiene una mano increíble para cocinar y me encanta cocinar con él. Me está enseñando una barbaridad y estoy tremendamente orgullosa.

Hoy un MARMITAKO, dedicado a Juan Carlos.

La verdad es que es un plato riquísimo, aunque he de confesar que no lo cocino con frecuencia.

Empezamos......... ufff..... qué desentrenada estoy!!!!

Ingredientes:


  • 2 rodajas de bonito
  • Patatas, entre 10 a 14. (depende de lo grande que sean las rodajas de bonito)
  • 4 cebollas dulces o rojas, las que más gusten o la cebolla que haya en casa.
  • 1 pimiento rojo morrón
  • 1 pimiento verde italiano, grande.
  • brandy
  • aceite de oliva virgen
  • sal

Empezamos por poner una sartén a fuego máximo, cubriendo el fondo de la misma con aceite de oliva virgen.


Sellamos las rodajas de bonito por ambas caras, pero las dejamos crudas.



Limpiamos las rodajas de bonito selladas, reservando todos los lomos limpios y nos quedamos con los restos para hacer un caldo con ellos.


Preparamos la cebolla y los pimientos. Picamos la cebolla muy fina y reservamos. Cortamos los pimientos en tiras como nos guste, pequeñas o grandes. Esto depende de cómo nos guste luego encontrarnos el pimiento en el guiso a la hora de comérnoslo. Reservamos y nos ponemos a hacer el caldo del bonito.


Salteamos todos los desperdicios que habíamos retirado al limpiar las rodajas de bonito, dejando que se doren y se hagan bien. Sin miedo a que se seque.


Una vez dorados los restos, añadimos un buen chorro de brandy sin quitar la sartén del fuego.


Apartamos un momento la sartén del fuego y flambeamos el licor, fuera del fuego para que las llamas no lleguen a la campana extractora de humos y la liemos gorda.


Cuando ya el alcohol del brandy ha empezado a flambear, ponemos la sartén otra vez en el fuego y nos aseguramos de quemar todo el alcohol hasta que las llamas se apaguen. ¡Este paso es delicado y hay que hacerlo con precaución puesto que nos podemos quemar o incluso inmolarnos!


Una vez que se han apagado las llamas, cubrimos con agua y llevamos a ebullición.


Apagamos el fuego; colamos el caldo que hemos cocinado y desechamos los restos.
Reservamos el caldo colado para hacer el guiso.


En una cazuela ponemos aceite de oliva virgen. 


Cuando esté caliente, añadimos la cebolla picada muy fina.


Añadimos dos guindillas, si nos gusta el picante. Esto es opcional, se puede añadir o no añadir, dependiendo de si gusta o no el picante. A mí, como me encanta, siempre le añado, pero no cambia el sabor final del marmitako, tan sólo picará un poquito (tampoco en exceso).


Una vez que la cebolla ya esté pochando y haya sudado, subimos el fuego al máximo.


Seguimos pochando la cebolla hasta que coja un color marrón sin que llegue a quemarse. Este es el paso fundamental para que el marmitako salga exquisito. La cebolla tiene que caramelizar sin llegar a quemarse. Si se nos quema, daría un sabor amargo, nada agradable.



Mientras la cebolla se carameliza, preparo las patatas cortadas en gajos, tronchadas. Es importante también, cascar la patata, para que luego el guiso engorde y no quede líquido. Tengo a mano, los pimientos y el caldo que había preparado con antelación.

 
Cuando la cebolla ya esté marrón, añado los pimientos y rehogo un poco.




Añado las patatas y rehogo otro poco.



Echo otro chorrito de brandy y dejo que evapore bien el alcohol. ¡Esta vez no hace falta prenderle fuego!


Añado el caldo. Todo.


Si las patatas no han quedado cubiertas, añado agua hasta cubrirlas.



Subo el fuego al máximo.


Dejo que se hagan las patatas, a la vez que va engordando el caldo. 
Tengo el bonito limpio y crudo, preparado y a mano.


Cuando las patatas ya están hechas y el caldo ha engordado, apago el fuego. 
Una vez fuera del fuego, añado el bonito y dejo que se vaya haciendo con el mismo calor del guiso.



Dejo que se vaya haciendo, poco a poco, removiendo de vez en cuando. Pruebo y rectifico de sal.

Cuando el bonito ya esté hecho, tengo el marmitako hecho.



¡¡¡¡Y listo!!!!!

A mí me gusta que se asiente. Aunque está riquísimo servirlo recién hecho.... no puedo explicar el porqué, pero al de unas horas está mucho mejor. Incluso para el día siguiente está increíblemente rico.

Eso sí, si vamos a guardarlo hasta el día siguiente, tendremos cuidado de que no fermente y nos aseguraremos de mantenerlo en la nevera una vez se haya enfriado.

Antes de servirlo, llevarlo a ebullición y retirar del fuego. Servir y a disfrutar.

Espero que os haya gustado, en especial a Juan Carlos........ que va por él!!!!!



































































domingo, 14 de junio de 2015

Flan de queso!

Bueno, después de una larga temporada sin escribir en el blog, hoy me he decidido a enseñaros cómo hago una receta facilísima, riquísima, suave y que siempre tiene éxito! Mi flan de queso!

Digo "mi" porque la receta la he adaptado yo de todos los flanes de huevo o de queso que he hecho. A mí es el que más me gusta pero ya sabéis que esto es cuestión de gustos y paladares.

Bueno, antes de nada deciros que si os gusta el flan de queso un pelín "poco dulce", éste es vuestro flan de queso. Si os gusta muy dulce sólo tenéis que incrementar la cantidad de leche condensada de la receta y os saldrá más dulzón!

De verdad que es muy fácil de hacer! Además lo ideal es hacerlo por la mañana para tomarlo en la cena, o el día anterior si se va a poner en el postre de la comida. A mí me gusta mucho más frío, pero eso también... cuestión de gustos!

Bueno, empezamos:

Aquí están los ingredientes e utensilios necesarios;


  • tres huevos
  • azúcar para hacer el caramelo
  • 1 bote pequeño de leche condensada (de unos 370 g)
  • 300 ml de leche entera
  • 300 g de queso philadelphia o parecido.
  • una balanza, un bol, una sartén, un molde y el minipimer



Primero hacemos el caramelo. Ponemos el azúcar en la sartén y encendemos el fuego a tope, en mi caso el número 9.

  Vamos removiendo el caramelo para que no se queme.










Una vez que ya tenemos el caramelo nos cercioramos que todo está bien derretido y que no nos queda ningún pegote de azúcar y lo vertemos en el molde con muuuucho cuidado. Las quemaduras de caramelo son muy malas!!!





Dejamos el caramelo que nos sobra en la sartén para que solidifique.



Una vez que tenemos el caramelo en el molde, lo volteamos para cubrir con caramelo todas las paredes del molde además del fondo.










Mucho cuidado con no quemaros, el molde abrasa así que agarradlo siempre con un trapo de cocina y aseguraos que el trapo esté seco, nunca húmedo o mojado.

Ya tenemos todo el molde bañado con el caramelo.



Siempre se me cae algo de caramelo, si no me cae a la mano estoy de suerte, pero siempre dejo algún pegote en la encimera. No lo quito nunca cuando está caliente, dejo que se solidifique y luego lo quito.



Dejamos el molde y el caramelo sobrante en la sartén en un lado para que se solidifique el caramelo.



Encendemos el horno con calor por arriba y abajo, a 180ºC.





Ponemos la bandeja de horno con agua para poner el flan al baño maría en el horno.


Ponemos los tres huevos en un bol grande donde podamos batir bien con el minipimer sin que se nos salga todo disparado.


Añadimos la leche condensada del bote.



Yo no suelo rebañarla, pero si os gusta más dulce pues rebañáis todo y si queréis le echáis un poco más. Así quedó el bote.


Luego añadimos pesando 300 g de queso philadelphia o similar.




Añadimos 300 ml de leche entera. También se puede usar leche sin lactosa o incluso leche semi desnatada o desnatada. Aunque no os engañéis, si se sustituye la leche, el flan seguirá teniendo muuuuchas calorías!!!





Ya tenemos todos los ingredientes juntos en el bol.


Batimos con la minipimer.


Primero suave, en la potencia más baja.




Y cuando ya veamos que tenemos todo integrado, le damos caña y batimos a toda potencia.



 Saldrá espuma pero no os preocupéis que luego se irá.

Con un cazo llenamos el molde con la mezcla de nuestro flan.




Lo metemos en la bandeja que habíamos preparado con agua en horno, con cuidado porque estará muy caliente.


Lo dejamos en el horno 50 minutos.


 Aprovechamos para limpiar el caramelo que se nos había solidificado en la sartén.


Yo lo que hago es limpiar un poco el molde, llenarlo de agua y luego meto la sartén en el molde con agua para que el caramelo se vaya derritiendo. Al cabo de unas horas, se disuelve y así no hay que rascar las sartén y no nos la cargamos.




Bueno, ahora os voy a enseñar cómo evoluciona el flan, para que no os asustéis si veis que se infla.










Y así es cómo queda después de 50 minutos en el horno al baño maría a 180ºC.


 No lo saco del horno pero apago el horno y dejo el flan dentro de éste hasta que se enfríe!



Una vez que ya se ha enfriado, lo saco.



 Lo desmoldamps en una fuente para cake alargada en este caso. También se puede hacer en molde redondo o en moldes individuales, como más os guste.


Para asegurarnos que sale bien con un cuchillo separamos el flan de los bordes del molde.


Si no os gusta la capa que queda en la superficie, se puede quitar con un cuchillo antes de desmoldar!
La verdad es que a mí no me gusta mucho esa costra que se le hace y prefiero quitarla, pero en este caso, se me olvidó!


Y ya está nuestro flan! Siempre mancho toda la encimera de caramelo...


Y aquí lo tenéis!





La verdad es que estaba buenísimo!!!!

Probadlo, de verdad, merece la pena!!! Si lo hacéis de víspera queda mucho más rico!!!!
Y servidlo frío, es refrescante, exquisito, no excesivamente dulce y siempre se tiene éxito con este postre... a no ser que haya alguien al que no le guste el queso!!!!

Bueno, espero que os haya gustado, lo hagáis y triunféis!!!!

Gabon!